Tengo un vínculo emocional con este lugar: se encuentra a orillas del río Tambre, en la desembocadura en la ría de Muros y Noia, y a parte ser uno de los paraderos más bellos que he visto, es el sitio donde he celebrado mi boda. La Pesquería del Tambre era una una antiquísima
pesquería cisterciense que a principios del siglo XX fue convertida en central hidroelécrica,
basándose en el diseño del famoso arquitecto gallego
Antonio Palacios. Ahora es un Hotel de Naturaleza con un encanto particular: de hecho, lo elegí personalmente como escenario de mi banquete de boda. Se divide en varios edificios: la Residencia, el edificio central, tiene una cafetería-bar y una terracita para los días de sol; nosotros reservamos la Casa del Jefe, de dos plantas, que tiene una pequeña piscina que se alquila con las habitaciones y la Casa dos Frailes, situada más allá, en el merendero “La Carballeira”. En frente del merendero hay un pequeño puente colgante de hierro: desde allí parten los senderos para las excursiones y el coto de pesca. Es un rincón mágico con un atractivo inmenso. Para más información, haz click aquí.
Él que gestiona el Hotel es Ricardo, una persona agradable y muy simpática... y si os quedáis a desayunar, no olvidéis de pedir tostadas: son las mejores que he probado.
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